En respuesta a las recientes declaraciones de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES) sobre algunos riesgos nutricionales asociados a ciertas dietas plant-based, desde Vegetales, la Asociación Española de Productores de Alimentos y Bebidas Vegetales, queremos reafirmar que estos modelos de alimentación ofrecen múltiples beneficios para la salud y el medioambiente cuando se llevan a cabo de manera equilibrada.
- Las dietas plant-based son seguras y beneficiosas cuando están bien planificadas. Diversos estudios respaldan que una alimentación basada en vegetales puede contribuir a la prevención de enfermedades crónicas. Según la Academy of Nutrition and Dietetics, las dietas plant-based bien diseñadas son saludables en todas las etapas de la vida y pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso ciertos tipos de cáncer, como el de colon y mama. Además, instituciones como la Cleveland Clinic destacan que este modelo alimentario favorece un mejor perfil nutricional, con un alto contenido de fibra, vitaminas y minerales esenciales, además de ayudar en el control del colesterol, la hipertensión y el mantenimiento de un peso saludable.
- Los productos plant-based pueden cubrir todas las necesidades nutricionales con una planificación adecuada. Una alimentación basada en plantas bien estructurada puede proporcionar todos los nutrientes esenciales, incluyendo proteínas, hierro, zinc, ácidos grasos omega-3 y vitamina B12. En cuanto a la vitamina B12, es importante asegurar una ingesta suficiente, adaptada a las necesidades de cada grupo de edad y situación fisiológica. Para garantizar una adecuada cobertura de esta vitamina, se recomienda siempre contar con el asesoramiento de un profesional de la salud.
- La soja: una proteína vegetal completa y de alta calidad. La soja es una fuente de proteína vegetal que contiene los nueve aminoácidos esenciales en cantidades adecuadas para el organismo, lo que la convierte en una proteína de alta calidad, comparable a las proteínas de origen animal como la carne, el pescado, los huevos y los lácteos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En los últimos años, ha ganado protagonismo no solo como legumbre, sino también a través de productos como tofu, tempeh, miso, edamame y sustitutos cárnicos. Además, la proteína de soja ha demostrado tener efectos positivos en la salud cardiovascular y son múltiples las administraciones que reconocen que el consumo de proteína de soja, dentro de una dieta equilibrada, puede contribuir a la reducción del colesterol LDL, uno de los principales factores de riesgo de enfermedades del corazón. A esto se suma su bajo contenido en grasas saturadas y su aporte de grasas insaturadas saludables. Diversos estudios han analizado sus efectos en la inhibición del crecimiento tumoral, la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, la salud ósea y la reducción de efectos secundarios de la menopausia.
- La ingesta de yodo en una dieta plant-based es manejable y comparable a la de otras dietas. El yodo no es un problema exclusivo de las dietas plant-based. Puede obtenerse de fuentes vegetales como espinacas, acelgas y algas, y su ingesta puede garantizarse fácilmente mediante el uso exclusivo de sal yodada, una recomendación ampliamente respaldada por la comunidad científica. De hecho, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) señala que el riesgo de deficiencia de yodo en la población flexitariana es bajo en España, lo que demuestra que una alimentación predominantemente vegetal bien estructurada es perfectamente viable desde un punto de vista nutricional.
Desde Vegetales, reafirmamos nuestro compromiso con la innovación y el desarrollo de productos saludables y nutritivos. Seguiremos trabajando para garantizar que las alternativas plant-based contribuyan a una alimentación equilibrada y accesible para todos, alineada con las recomendaciones de salud pública y sostenibilidad alimentaria.